Te invito a contemplarnos
ciegos de toda cultura
dueños de nosotros mismos.
ciegos de toda cultura
dueños de nosotros mismos.
Que tus ojos no me atraviesen
como si toda luz acabase en mí
indiferentes a símbolos y voces.
como si toda luz acabase en mí
indiferentes a símbolos y voces.
No traigas más que el aliento
para vibrar en el aura vaporosa
de tu cristalino.
Te invito a sentarnos
sobre la misma cornisa del universo
del tuyo o del mío
ignorando que no es más
que un puñado de tiempo
a punto de verterse.
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