Lengua larga

Lengua larga



“Hablar" y "decir" no son lo mismo.

Por ejemplo, las expresiones “Te hablé durante toda la noche y no te dije nada" o, desde otra perspectiva, “Me dijiste algo que no entendí”, permiten inferir que el hecho de decir aparece cuando el hablante conceptúa. Esa definición clara desde el diccionario y que no hace partícipe a la capacidad del receptor para decodificar el mensaje, no se traslada con la misma claridad a la práctica. La fórmula: “A dice, independientemente de que B aprehenda" sólo puede considerarse un acuerdo transitorio.

Otro tema, distinto, es el uso del lenguaje. Muy a menudo se hacen ejemplificaciones sobre expresiones corrientes supuestamente mal utilizadas para referirse a tales o cuales cosas o eventos. Por ejemplo, para averiguar un precio debería decirse: "¿Cuánto cuesta?" y no "¿Cuánto sale?'. Pero sucede que si utilizo la segunda alternativa y el vendedor responde con el precio de la cosa correspondiente, la comunicación ha resultado efectiva. ¿Sobre qué fronteras hemos de andar para afirmar que si se ha logrado transmitir la intención y obtenido una respuesta acorde la herramienta lingüística ha sido mal utilizada?


el lenguaje constituye un acuerdo intersubjetivo donde todo podría ser llamado de cualquier otra manera.



El lenguaje es una estructura dogmática y como tal posee reglas de cohesión y funcionamiento, pero no por ello debe perder su esencia heurística, aquella que lo convierte en sistema en permanente construcción y que le imprime maleabilidad en función de las necesidades dinámicas del hombre. No olvidemos que el lenguaje constituye un acuerdo intersubjetiva donde todo podría ser llamado de cualquier otra manera.

Toda esta cuestión es mucho más compleja y con profundas imbricaciones en numerosos aspectos, fundamentalmente socioculturales donde, por ejemplo, posee gran implicancia el déficit en el caudal léxico o la débil inclinación a la lectura. Sin perjuicio de ellos sostengo la necesidad de educar en el lenguaje, esto es, orientar su modo de utilización pero sobre todo estimular el ejercicio lúdico (que siempre es crítico) sobre la principal materia prima de la cultura, a la vez que defiendo la autonomía de mujeres y hombres respecto de las herramientas comunicativas. /// ❡

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Ilustración: Ángel Fernández (Ández)
* Este artículo fue publicado en Revista Rumbos.

Guille